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por
Miguel Ángel Molinero Polo
Ayer
terminaba el diario diciendo que algún día añadiríamos nuevos bloques de
decoración que irían completando la puerta IS4. No hemos tenido que
esperar mucho. En la superficie del pozo de S3, aún sin excavar, se
recogieron varios fragmentos de pared. Uno de ellos encajaba con la
parte superior de la jamba izquierda. En seguida hemos visto que otro lo
completaba por la derecha y otro por la izquierda y finalmente todo un
conjunto de fragmentos que ya teníamos ensamblado, se unía a los
anteriores. Con un solo bloque nuevo, la mitad de la jamba ha quedado
reconstruida. Y, además, esto nos permite leer el texto, una invocación
a las puertas del cielo para que se abran para el difunto, que tiene su
origen en los Textos de las pirámides, más de un milenio
anteriores a la tumba de Harwa. Un momento bonito.
No
obstante, lo más impresionante del día ha sido encontrarnos directamente
bajo el jamsín. Desde el alba, el sol estaba cubierto por una
nube de polvo, que ha producido un día sombrío, agobiante por el polvo y
con un viento extraño, con cambios frecuentes de dirección, a veces algo
más fresco, pero la mayor parte del día asfixiante. La famosa imagen de
David Roberts de una tormenta de arena en las pirámides de Guiza,
admirable como grabado, es menos gratificante cuando se está viviendo.
Hemos respirado arena desde el amanecer, hemos comido arena. Las ráfagas
han tirado las esteras que protegían la tienda, y el desayuno se ha
llenado de tierra oscura, como si hubiéramos cubierto el queso de
pimienta o el yogur de canela. El interior de la tumba era, de nuevo,
hoy, el mejor lugar en el que trabajar.
Por
fortuna, a mediodía el viento se ha calmado lo suficiente para que
pudiéramos comer sin demasiado problema en el patio del hotel. Las
mujeres de la Misión, siguiendo una reciente “tradición” italiana, han
recibido un ramito de flores, y todos hemos probado una tarta hecha para
celebrar el 8 de marzo. En la versión italiana del diario podréis ver
una foto del postre. Esta costumbre no deja de parecerme inquietante. Es
precioso mostrar la amistad regalando una flor, a cualquiera, pero al
hacerlo en este día, me parece que se ha transformado una jornada
reivindicativa en una fiesta galante. Y ha quedado así domesticada.
Bueno, ¡basta de ejercer de antropólogo aficionado! Nos lo hemos pasado
bien y no deja de ser interesante conocer otros comportamientos
colectivos, incluidos los de nuestros compañeros de trabajo, europeos
pero distintos a nosotros.
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LA FOTO
DEL DÍA |
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