La Universidad de La Laguna  y
l'Associazione Culturale
"Harwa 2001" ONLUS
presentan


Tumba de Harwa 2006

 

Localización de los trabajos
a
Febrero
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Abril
 
Quién era Harwa
 

17 de marzo

por Miguel Ángel Molinero Polo

Si no tenemos en cuenta los problemas tecnológicos explicados ayer, la semana se puede resumir con una sola palabra: bloques. En los últimos cuatro días todos hemos estado ocupados con una única actividad: hacer fichas de los fragmentos de decoración. Hemos terminado de revisar el material aparecido en tres catas consecutivas del pasillo central mientras, en paralelo, un segundo grupo más pequeño, repasaba las estanterías con restos aparecidos en la nave entre los pilares y la pared, para localizar algún bloque que hubiera pasado desapercibido cuando las puertas estaban menos completas y era más difícil identificar qué podía formar parte de ellas.
Esto ha permitido además reconocer algunas cajas que habían sido dejadas sin fichar en las primeras campañas. Su carácter es muy particular y el haberlas visto al mismo tiempo que hacíamos el análisis de la nave central, nos ha dado un mejor conocimiento de su especificidad. En cada una de las catas ubicadas frente a las puertas han aparecido varios cientos de lascas de caliza con restos de decoración. Imposible hacer una ficha de todas ellas. No terminaríamos en toda la campaña y, al mismo tiempo, no son muy útiles, porque con un tamaño tan pequeño no podremos reconocer la ubicación original de casi ninguna de ellas. Nos tenemos que contentar con organizarlos por tipos: banda vertical de separación entre columnas de textos, signo jeroglífico que mira hacia la derecha, que mira hacia la izquierda o que es simétrico y no se puede saber su orientación.
Estos fragmentitos de pared tienen, en cambio, otra utilidad. Nos están informando de la historia del edificio, o, mejor, de su destrucción: por desgracia, es muy probable que se hayan producido en el curso de saqueos sistemáticos de la decoración. En su intento de arrancar las figuras más hermosas, los saqueadores horadan alrededor, para dejar un bloque exento que contenga la imagen que se quiere extraer. Los relieves quedan así doblemente mutilados, pues no sólo pierden sus personajes más llamativos sino, también, todo lo que se encuentra en torno a ellos.
Ha sido una constatación triste. Nosotros venimos para estudiar la historia completa del edificio, desde su concepción hasta su estado actual, y esta circunstancia es una más de las que ha vivido y es importante haberla reconocido, ¡pero eso no impide que soñemos con poder devolverlo a su estado original! Sin embargo, este descubrimiento está indicando que tenemos que hacernos a la idea de que, tal vez, alguna de las puertas no podrá completarse nunca. Está dando también una explicación al estado muy parcial en que tenemos aún la puerta IS3 y por qué las partes identificadas de ella están tan fragmentadas.
E
n fin, no hay que perder la esperanza de que los bloques saqueados se partieran y fueran finalmente abandonados en su tránsito hacia el exterior, o bien que consigamos localizarlos en los almacenes de algún museo o en una colección particular, y al menos podamos reemplazarlos con réplicas.
 

 

LA MISIÓN


Los miembros
El inspector
Los trabajadores egipcios

 

 

LA FOTO DEL DÍA

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