|
|
por
Miguel Ángel Molinero Polo
El
material de la última cata que hemos abierto nos ha dado algunas buenas
sorpresas. Una de ellas ha sido la de poder servirnos, finalmente, de la
copia de la tumba de Pabasa. Sus cámaras, excavadas en la década de 1920
por el Metropolitan Museum de Nueva York, son una imitación en pequeño
de Harwa. Desde el año pasado, se ha incluido en la concesión de la
Misión Italiana para que copiemos los textos de sus paredes y que nos
sirvan de modelo. Pues bien, esta posibilidad se ha empezado a ver
cumplida.
La
cata IB2 nos ha proporcionado grandes bloques en los que puede leerse
algo más que un signo o dos. En algunos hay varias columnas con palabras
enteras.
Desde
que empezamos a sacar las cajas del almacén, tuvimos la impresión de que
alguno de esos textos nos resultaban ya conocidos. Y así ha sido. Una
comprobación en las copias que habíamos hecho de los pilares de su Sala
Hipóstila, en la campaña del año pasado, han dado razón al trabajo
iniciado en ese segundo monumento y justificado el esfuerzo invertido en
diversificar las actividades del equipo. Hasta seis fragmentos hemos
podido reconocer, procedentes del segundo pilar meridional. No ocupan
exactamente el mismo lugar, pues las palabras no están a la misma altura
en las columnas de una y otra, pero están muy cercanas.
Como
en la tumba de Pabasa, sus inscripciones recogen un texto mal conocido,
porque se conservan varias versiones muy diferentes entre sí, en gran
parte inédito, que denominamos Ritual de las Horas del Día y
Ritual de las Horas de la Noche.
Ahora
podemos dar una segunda utilización también al revestimiento en madera
de los gatos hidráulicos que sustituyen a los pilares desaparecidos. A
falta de cajas de arena, pues las que caben en la tumba ya están
bastantes solicitadas con las puertas, hemos empezado a utilizar los
falsos pilares de contrachapado como soporte para estas hipotéticas
ubicaciones. Hemos calcado la inscripción en papel celofán y colocado
esas reproducciones en el lugar que creemos que ocupaban. Si hay nuevos
hallazgos, se pueden añadir con facilidad, ajustarlos y cambiarlos de
lugar si es necesario. Cuando les llegue el turno, los fragmentos serán
ensamblados como otras partes de la tumba, pero para entonces, ya
tendremos una idea más clara de su ubicación, pues la veremos todos los
días, expuesta así ante nosotros y nuestros visitantes.
|
|
 |
LA FOTO
DEL DÍA |
|