La Universidad de La Laguna  y
l'Associazione Culturale
"Harwa 2001" ONLUS
presentan


Tumba de Harwa 2006

 

Localización de los trabajos
a
Febrero
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Abril
 
Quién era Harwa
 

26 de marzo

por Noemi Delgado Corona

El día ha amanecido más claro que todos los anteriores desde que hemos llegado. A pesar del sol, corría viento fresco, de modo que tras la mañana en la tumba, decidimos olvidarnos del almuerzo para alcanzar la cumbre del “Kom”. Ésta es la montaña, con forma piramidal, que domina majestuosamente los valles del oeste del Luxor, donde se encuentran las necrópolis reales (Valle de los Reyes, Valle de las Reinas).
No todo el equipo tomó parte en la expedición. El calor del mediodía y el temor a la dureza del ascenso redujeron el grupo de caminantes.
Partimos desde el sendero que se encuentra cercano a Deir el-Medina y que sigue la ruta que tomaban los artistas que construyeron las tumbas del Valle de los Reyes. Desde el inicio arranca con cientos de escalones de piedra caliza, construidos recientemente para facilitar el ascenso a los policías que protegen desde las alturas la ciudad y permitirles subir más fácilmente el terreno escarpado.
El contingente italiano de la misión, muy atlético, nos impuso un rápido ascenso difícil de seguir, pues en cuarenta y cinco minutos habíamos alcanzado la cima (no sin momentos de amago de infarto). Una vez en la cima, el cansancio desapareció como por arte de magia, el paisaje no dejaba espacio para otro sentimiento que no fuera el de admiración. Desde arriba se tiene una imagen impresionante del Nilo, que aparece por el sur y vuelve a perderse en el horizonte. Las marcadas franjas de tierra fértil contrastan de forma drástica con el árido desierto. La disposición de los valles, que desde las entradas parecen tan distantes, adentran sus gargantas hasta los pies del Kom convergiendo en él como radios. Desde arriba, todo el caos de la vida cotidiana en Egipto se torna paz y silencio.
Tras media hora de contemplación, que aprovechamos para comer unas naranjas y recuperar así fuerzas al tiempo que aligerábamos las mochilas, continuamos la marcha hacia las montañas que se adentran en el desierto hacia el Occidente, y tras bordear el macizo, descendimos dos horas más tarde por el Valle de las Reinas.
La llegada al hotel se celebró con algo para picar y un brindis con ron miel por “la montaña” y por las agujetas que con tanto gusto nos habíamos ganado. Tras una rápida ducha de aquellos que consiguieron agua –otros tuvieron que esperar a la noche– nos pusimos con el trabajo, pues ya pasaban las cinco de las tarde.
 

 

LA MISIÓN


Los miembros
El inspector
Los trabajadores egipcios

 

 

LA FOTO DEL DÍA

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